“Después de la tormenta viene la calma” parece que el refranero español vuelve a tener razón, una vez más, tras ver la noticia de la macrofiesta de Wuhan. También es cierto que antes de llegar a este punto la tormenta ha sido dura, muy dura.
“Primero la obligación y después la devoción” como siempre me decía mi abuela materna…
Conclusión, es responsabilidad de todos estar a la altura en una crisis sanitaria y económica como la que estamos viviendo.
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¿Quién sobra? Nadie.
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¿Qué puedes hacer? Estar a la altura de las circunstancias siendo responsable y mirando más allá de tu individualidad. Pon tu mente y tus acciones pensando en tu sociedad, en tu círculo cercano y el de tus amistades. Y cuando lo hayas conseguido, ve un poco más allá todavía. Mira por el bien común.
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¿Qué quiero? Sentirme orgullosa de ti. También quiero sentirme segura en tu compañía y volver a planificar en común un nuevo futuro económico.
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